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RFID: la tecnología que nació en la Segunda Guerra Mundial y hoy utiliza Zara para controlar su inventario

RFID: la tecnología que nació en la Segunda Guerra Mundial y hoy utiliza Zara para controlar su inventario

RFID: la tecnología que nació en la Segunda Guerra Mundial y hoy utiliza Zara para controlar su inventario

El RFID, identificación por radiofrecuencia, se ha convertido en una de las tecnologías de mayor crecimiento en los últimos años. Pero no se trata de una innovación reciente, ni mucho menos.
Algunos estudios indican que el origen del RFID se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando los británicos, que querían ser capaces de distinguir los aviones del enemigo de sus propios aviones, colocaron una etiqueta en sus aeronaves que emitía una señal para advertir que eran aviones aliados.
Las siglas RFID hacen referencia a Radio Frequency Identification, una tecnología con la que se puede identificar cualquier artículo de forma única gracias al uso de etiquetas con su información previamente establecida.
“La base de funcionamiento es un tag que no necesita energía, que se alimenta de la onda que recibe y en ese momento emite la información que tiene”, explica Ismael Herreros, especialista de Soluciones RFID en Moinsa.
Según el experto, el ahorro de tiempos gracias a la identificación por radiofrecuencia se entiende claramente al poner de ejemplo el inventariado de una caja en un comercio.
“Normalmente, cuando se recibe una caja de artículos se invierten unos 15 segundos en abrirla y unos 3 segundos en el escaneo de cada producto. Si ponemos que lleva 20 artículos, habremos invertido 180 segundos en el inventariado de una sola caja.
En el caso de emplear RFID, la onda traspasa la caja y no es necesario abrirla y escanear cada producto, pues es capaz de identificar de forma simultánea hasta 800 items por segundo en buenas condiciones. Habremos invertido solo 2 segundos”.
Su elevado coste ha sido un obstáculo para las empresas hasta hace muy poco, cuando la alta demanda provocó una caída de los precios.
“El precio ha sido siempre un hándicap. El coste de fabricación de estas etiquetas ha sido muy elevado hasta hace no mucho. Por ejemplo, una etiqueta RFID en 2002 costaba 90 céntimos, ahora son unos 6 céntimos”, explica Herreros.
Sus ventajas en labores de almacenaje han convertido a esta tecnología en la preferida por los retailers de moda.
Kurt Salmon, empresa consultora integrante de Accenture Strategy, elaboró en 2018 una encuesta a 110 ejecutivos del sector retail en la que se explicaba que un 69% de las empresas tenían un importante nivel de adopción de los sistemas RFID.
“Gran parte de este crecimiento puede atribuirse tanto a la necesidad de implementar una estrategia multicanal como a la presión ejercida para mejorar de forma constante la experiencia de cliente”, explica la consultora.
Norteamérica es el lugar donde los sistemas RFID tienen una mayor presencia, ya que el 92% de los minoristas de la región aseguran estar avanzando hacia una adopción plena.
“Aunque el resto del mundo ha mostrado una buena aceptación de los sistemas RFID, los minoristas europeos se sitúan muy por detrás, ya que solo el 30% de los encuestados han comenzado a implementarlos”, afirman desde Accenture.
Según la consultora, “quienes adopten la tecnología RFID tendrán una ventaja competitiva a la hora de implementar tecnologías nuevas e innovadoras que permitan abordar los desafíos empresariales, todo ello gracias a los datos pormenorizados ofrecidos por el RFID y a la trazabilidad de productos específicos en tiempo real”.
En 2018, el presidente de Inditex, Pablo Isla, prometió que en el año 2020 Inditex será una empresa “plenamente integrada, plenamente ecoeficiente y plenamente digital”. Parte de esa digitalización de la compañía recae en las etiquetas RFID.
Desde hace seis años, Inditex trabaja con esta tecnología a nivel logístico para tener identificada cada prenda de forma única. “Aunque haya cinco camisas verdes iguales de la misma talla, con el RFID cada una tiene un DNI diferente”, explica Herreros.
Esto permite a la compañía tener un control total del inventario, logrando una mayor eficiencia y una mayor rapidez en los plazos de entrega.
Por su parte, El Corte Inglés está comenzando ahora con la implementación de esta tecnología en tienda, lo que sustituirá al tradicional código de barras por estas etiquetas inteligentes y permitirá a los grandes almacenes tener un mayor control de las ventas y su inventario.
En un futuro, quizás no muy lejano, en estas tiendas se podrá pasar por caja como en Decathlon, que desde hace unos meses permite a los clientes pagar sus compras de forma automática, sin necesidad de sacar los artículos de la cesta gracias a la tecnología RFID.
“Otro sector en el que dentro de poco veremos el uso del RFID es en el aeronáutico para el control de maletas y equipajes. Ya se está trabajando en ello”, finaliza Ismael Herreros.

Fuente: iProUP