El negocio en participación: una alternativa flexible en el mundo empresarial

¿Qué es y cómo funciona un negocio en participación?

En el complejo entramado emprendedor y empresarial argentino, el concepto de “negocio en participación” aparece como una opción ágil y adaptable para llevar a cabo operaciones comerciales. Esta forma de colaboración se basa en un acuerdo entre dos partes, ya sean personas físicas o jurídicas, para ejecutar una o más actividades comerciales con el fin de compartir los beneficios de manera proporcional al acuerdo establecido.

A diferencia de una sociedad formal, el negocio en participación no implica la creación de una entidad legal separada. No se asigna un CUIT específico ni se registra en ningún organismo gubernamental. Más bien, se trata de una asociación más flexible y menos estructurada, diseñada para un proyecto o una serie limitada de operaciones. Además, en un negocio en participación, se asocian dos partes para un proyecto o negocio puntual: mientras que, en una sociedad, se consolida una unión permanente con un sinnúmero de emprendimientos en vista.

“En dicho tipo de contratos, las partes involucradas se conocen como “partícipes” y “gestores”. El gestor, en representación propia, lleva a cabo las operaciones del negocio, emitiendo facturas, realizando transacciones y cobrando pagos. Por otro lado, el partícipe, de acuerdo con los términos del contrato, contribuye al negocio, ya sea con aportes financieros o recursos como contactos y habilidades específicas” detalla López.

Al respecto, la ley establece requisitos mínimos para este tipo de contratos, lo que permite una amplia flexibilidad en su estructura y ejecución. El gestor es responsable de facturar, operar y rendir cuentas al partícipe, quien a su vez tiene la obligación de contribuir según lo acordado. Aunque el partícipe suele tener menos responsabilidades frente a terceros, puede enfrentar riesgos financieros en caso de quiebra del gestor.

Un ejemplo, nos dice el experto, “es una cervecería que recibe aporte de capital de un inversor para abrir un nuevo local o sucursal: las ganancias de ese nuevo local se repartirán entonces entre la cervecería y el inversor. U, otro ejemplo, puede ser un corralón de materiales que decide importar porcelanato, y para ello se involucra con un partícipe que aportará los contactos para importar este nuevo producto/material. De las ventas del porcelanato, se dividirán los beneficios luego”.

Características de un negocio en participación: cuando termina y cómo se consolida

El contrato de negocio en participación puede finalizar por diversas razones, como puede ser el vencimiento del plazo acordado, la cesión del contrato por mutuo acuerdo o el incumplimiento de alguna de las partes. También puede extinguirse una vez que se haya cumplido el propósito para el cual fue creado, como en el caso de adquirir, subdividir y vender una propiedad: cuando deja de existir el inmueble original, ya no hay objeto del negocio.

Ante una quiebra del gestor, tanto los terceros como el partícipe deberán participar en el proceso de quiebra de la firma: esto implica que en el caso del partícipe, puede llegar a perder lo invertido en el negocio.

“La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales en este tipo de acuerdo. En este sentido, es responsabilidad del gestor proporcionar informes claros y precisos sobre el desempeño del negocio, asegurando que los números sean verificables y que no haya malentendidos entre las partes involucradas” observa López.

A la hora de conformar un acuerdo de este tipo, se recomienda considerar que:

  • Es fundamental redactar un contrato claro y detallado que establezca los derechos y obligaciones de las partes.
  • Se recomienda contar con asesoramiento legal para garantizar la validez del contrato y evitar futuros conflictos.
  • Es importante mantener una comunicación fluida y transparente entre las partes para prevenir problemas.

En resumen, el negocio en participación emerge como una opción versátil y eficiente para colaboraciones empresariales específicas. Su naturaleza flexible y sus requisitos mínimos lo convierten en una herramienta atractiva para aquellos que buscan llevar a cabo proyectos conjuntos sin comprometerse a una estructura societaria formal.